miércoles, 17 de abril de 2019

Ítaca IV: Sucesos, recursos y riquezas


...y que viejo al fin arribes a la isla
Rico por todas las ganancias de tu viaje...

Para sobrellevar toda serie de eventos desafortunados solo hay que tratar de encontrar la enseñanza para poder sobrellevar lo que sea que suceda y levantarse a como dé lugar.  

Sucesos: tristes, alegres, memorables, los que quieras.
Recursos: ¡los que tengas, todo vale!
Riquezas: el aprendizaje, las lecciones, las gracias prontas o tardías, porque a veces lo que quieres no es lo que obtendrás, pero será lo mejor para ti.

A mediados de agosto del año pasado me sentía desolada y rabiosa, los días eran muy difíciles, todos una montaña rusa, era fácil pasar del ensimismamiento a la sensación de que lo iba a poder todo, "tengo que poderlo todo" me repetía, "las procesiones se llevan por dentro, yo puedo con todo", sufría la pérdida inminente de mi mamá, me costaba mucho expresar lo que sentía, no me permitía ser vulnerable, "¿llorar? ¿qué es eso? Yo no quiero llorar, quiero que me digas cómo sobreponerme, cómo continuar, ¡no vengo a llorar contigo!" le decía a mi psicóloga. En el fondo sabía que no estaba bien actuar así, me hacía más daño a mí misma, eso no me conducía a la armonía, eso era pelear contra mí y contra el mundo.

Una pérdida que resultó en una ganancia me llevó a tomar acciones de las que he obtenido muchas riquezas. En un paseo por un centro comercial encontré un taller-libro de Ho'Oponopono, ya había escuchado de esta técnica que tiene detrás toda una gran filosofía, pero no la había puesto en práctica, no sabía por donde empezar, solo tenía una oración que no lograba comprender, "lucky me!" encontré este libro-taller que me muestra a través de tarjetas y un librito guía como irlo practicando, aquel día también encontré una colección del HBR sobre inteligencia emocional (Resiliencia, Felicidad, Mindfulness y Empatía) y Jaque mate al amor de Rosa María Cifuentes (luego me compré su colección entera, 100% recomendada). Para reponerme le eché mano al Ho'Oponopono, a los podcasts de Martha Debayle (quien me conozca sabe que admiro muchísimo a esta mujer), a los libros que compré, a mi psicóloga, a la respiración consciente, a libros de inteligencia emocional, a familia y amigos. Me valí de todo lo que tenía, utilicé todos mis recursos de la manera más eficiente que pude para reponerme, pude volver a cocinar los domingos, alegre, cantando... hasta que...!

Hasta que "todo se juntó" como solemos decir, o "when it rains it pours" (cuando llueve diluvia), que hace referencia a que cuanto nos sucede algo malo, vienen más cosas malas por añadidura. Maltrataron a mi mamá. Ella, tan bella y de tan gran corazón, intentó arreglarlo sola, estuvo a merced de su enfermera de confianza, intentó hacerla reflexionar, preguntarle porqué había cambiado su actitud y maneras hacia ella, "Señora XXXX antes usted era buena conmigo, ¿qué ha pasado?, ¿por qué ha cambiado conmigo?", eso fue lo que me contó que le había dicho. De lo sucedido me enteré cuando esta persona ya no trabajaba más en casa, sentí una impotencia tal que no puedo describir, le confié mi mayor tesoro, a mi madre, sentí pena porque mi mamá tuvo que soportar malos tratos por quien sabe cuánto tiempo, la señora le llegó a dar inclusive morfina para doparla, cuando estaba despierta daba alaridos de dolor, la enfermera alegaba que eran dolores propios de la enfermedad de mi mamá. Yo no podía dormir bien, despertaba con su llanto y dormía con su llanto (cuando lograba dormir), pasé muchas noches sin dormir, velando su sueño, a veces dormía con ella otras en mi cuarto. No sé cómo se nos escapó el darnos cuenta de lo que sucedía bajo nuestro propio techo. Una persona muy querida me dijo: "aquellos que maltraten a niños, a ancianos, a enfermos o desvalidos se condenan", no le deseo mal a esa persona, pero si me entristece, me llena de impotencia y rabia el que mi mamá tenga que pasar por esta terrible enfermedad y todo lo que conlleva. El GBM4 se llevó su voz, sus ojitos vivaces, su risa, su vitalidad, su cuerpazo (le encantaba ir al gimnasio y ejercitarse), sus sabios consejos, su picardía, su ternura de niña engreída, sus ganas de comerse la vida, de dar vida siendo tan ella. Es injusto.

¿Cómo confiar nuevamente? Nos llegó una niña de luz, Kerly es eso para mi, ella es una de las enfermeras que cuida ahora de mi tesoro, la cuida tal y como yo haría, inclusive mejor. Le cuenta cuentos, historias, ahora que perdió la vista le "muestra" fotos a través de sus palabras cariñosas, le habla con una dulzura propia de un ángel, la hace escuchar música, le comenta de su día. Kerly logró conocer a mi mamá cuando aún podía hablar, comer, contar chistes, engreírse, y más; me enternece el cariño tan grande que le profesa (es la palabra correcta) a mi mamá. Dentro de todo este infierno, ella es un rayazo de esperanza, ella es la prueba viviente de que Dios (o cómo quieran llamarlo) existe, dentro de la adversidad siempre, siempre hay luz, siempre hay ángeles que Él nos manda. Kerly no solo "salva" a mi mamá, también a mi familia, cada día.

Como en una película que vi hace poco, Milagros del Cielo, estos suceden cuando menos lo esperamos y más lo necesitamos, pero hay que echarle una manito, ayúdate que te ayudaré. Puedes aplicar las 3 Ps, me ha resultado: PACIENCIA, PRUDENCIA, PERSERVERANCIA. Ha levantarse a como dé lugar, no hay opción.


Gracias, gracias, gracias.

Claudia.







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