jueves, 4 de abril de 2019

Ítaca III - Próximo viaje: La eternidad

Ítaca de ti no se ha burlado
Convertido en tan sabio y con tanta experiencia
ya habrás comprendido el significado de Las Ítacas

La vida, las circunstancias, Dios, la Pachamama, la energía circundante, cómo quieras llamarlo, no se ha burlado de ti, te estás volviendo sabio y con tanta experiencia, que poco a poco irás comprendiendo el significado de TUS ÍTACAS.

Meses atrás me encontraba pasando por una situación complicada, por decirlo de alguna manera, en realidad no hay palabras para describir lo que pasé esos días, a los que se suman meses y años. 
Por quien sabe qué "ene" vez me anunciaban la inminente muerte de mi madre. Su médico me llamó y dijo: "preparen los documentos, tengan listos los teléfonos de la funeraria. A tu mamá le quedan horas de vida, con suerte unos días más, tienes que ser fuerte, ya ha sufrido mucho, es hora de dejarla ir". En ese momento me encontraba haciendo compras para año nuevo, tenía pagada la toalla, un par de prendas, me faltaba el sleeping bag, y me sobraba la emoción de pasar mi primer campamento en la playa con gente a la que adoro. No puedo decir que se me vino el mundo encima en ese momento, de hecho no comprendía bien lo que el Dr. Flores me decía, ¿horas de vida?, ¿funeraria?, ¿documentos?, ¿cuáles son?, ¡¿ser fuerte?!, y es que no sé ser otra cosa que no ser fuerte. ¡Todos estos años han sido iguales, respirar profundamente, contener las lágrimas, el llanto, el grito, que no se corra el maquillaje, ponerme derecha, levantar el mentón y caminar con paso firme! Esa soy yo, esa era yo... esa volveré a ser. 

No fui al campamento, mis amigos lo entendieron, de hecho aplazaron la partida y hasta acortaron los días de permanencia. ¿Por qué comento esto? porque en esos momentos se valora a quienes están a tu lado, quienes te sostienen, te llaman, te preguntan, se interesan. Una noche fuimos a cenar con mi hermano y algunos de ellos, hubo conversación y silencios respetuosos, pero sobretodo compañía, mi corazón encontró un poco de calma. 

Mi papá me habló claro y me pidió que me despida de ella, así que una de esas noches le pedí a Kerly que me deje a solas con ella y le dije "Te amo, mamá ...estoy lista para que te vayas, ya es hora, ya descansa mamá, has hecho cuanto has podido por nosotros, por mí. Gracias por todo lo que has hecho y has sido para mí. No quiero que pienses que quiero que no estés, sólo no quiero que sufras, recordaré tus ojos grandes, tu sonrisa, tu risa, tus curvazas, tus bromas rojas, tus ocurrencias, tus caricias, tus cucharonazos, tus silencios de castigo que luego me hacían suplicarte perdón por haberte ofendido. Te prometo recordar nuestros mejores momentos, esos incluyen los días que me pedías un marciano o pollo a la brasa y que hiciese entrar a como de lugar lo que me pedías al hospital, ¡en qué aprietos me metías!. Mamá, perdóname las ofensas, las veces que me negué a seguir tus órdenes y pedidos, perdóname por no haber estado cuando me necesitabas, perdóname por haber sido egoísta e inmadura. Mamá he aprendido, soy una mejor persona, puedes irte en paz, ya no soy una niña, soy una mujer, prometo seguir tu ejemplo siempre, recordarte y honrarte".

Pasaron las horas y pasaron los días, ella se recuperó una vez más. No conozco a una persona más fuerte y valiente que ella. Yo no me sentí fuerte, cuando se recuperó me desmoroné, me hice trizas, de la Claudia super fuerte, de pasos firmes no quedaba casi ni su sombra, lloraba y daba gritos ahogados, todos los días. Le preguntaba a Él porqué hacía esto, por qué no se la llevaba si es que ya estaba sufriendo, le decía "no es justo, ¡para ya! No es justo para ella ni para mi ni para nadie que la ame, ya hemos resistido lo suficiente, ¿hasta qué punto debemos llegar?, ¡¿qué estás haciendo?!". Uno de los domingos que fui a misa conocí a una señora, su nombre es Dalila, conversamos unos treinta minutos de su mamá, de mi mamá, me dijo: "ella todavía tiene un pendiente, le falta tocar seguramente la vida de alguien más, aún no ha terminado su misión, tú estás bien pero le debe faltar cambiarle la vida a alguien más". Me quedé más tranquila porque alguien reafirmaba lo que pensaba y oré, le pedí a Dios que se la lleve cuándo el lo decida, cuando sea el momento. Ella está en tus manos. 

Con amor para ti, mamá. 
Tu niña que ya es una mujer y te ama muchísimo. 

Claudia.












  

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